Cuando hablamos de “la web” parece que nos referimos a un lugar fijo, como si fuera un edificio al que entramos todos los días. Pero internet no siempre fue como lo conocemos hoy: redes sociales, videos, publicaciones virales, apps colaborativas, memes… todo eso es parte de lo que se llama Web 2.0.
¿Y qué hubo antes? ¿Y qué viene después? Acá te lo contamos con ejemplos, historia y algunas reflexiones para entender cómo fuimos evolucionando con esta tecnología que hoy es parte de nuestra vida cotidiana.
Web 1.0: leer, pero no tocar (aprox. 1991–2004)
La Web 1.0 fue como un enorme archivo digital. Imaginate una biblioteca donde solo podés leer libros, pero no dejar comentarios, no compartir nada, ni subir tus propias ideas.
Los sitios web eran estáticos: los creaba alguien con conocimientos técnicos, y vos solo podías verlos.
No había interacción: no existían redes sociales, ni foros abiertos masivamente, ni comentarios.
Ejemplos: enciclopedias digitales como Encarta, diarios online, páginas personales básicas con mucho texto y pocos enlaces.
En resumen: el contenido lo hacían unos pocos, y el resto solo miraba.
Web 2.0: todos podemos participar (aprox. 2004–2020)
Acá es donde todo cambió. La Web 2.0 trajo una idea revolucionaria: que cualquiera pudiera ser creador de contenido, no solo consumidor.
Aparecieron los blogs, foros, wikis y plataformas colaborativas. Uno de los ejemplos más emblemáticos es Wikipedia, lanzada en 2001, donde cualquier persona puede aportar y editar conocimientos en conjunto con miles de otras personas en todo el mundo.
Nacieron las redes sociales: Facebook, YouTube, Twitter, TikTok, Instagram.
El diseño se volvió más interactivo y amigable: ya no hacía falta saber programar para participar (#No-Code).
Las empresas empezaron a usar nuestros datos para personalizar (y monetizar) nuestra experiencia.
En resumen: la web se volvió social, colaborativa, y mucho más adictiva.
¿Y la Web 3.0? (el presente y futuro cercano)
Hoy se habla cada vez más de la Web 3.0, que intenta corregir algunos problemas que trajo la Web 2.0:
Propiedad de los datos: en vez de que tus datos los controle una empresa, los podés controlar vos.
Descentralización: en vez de grandes plataformas como Facebook, se usan tecnologías como blockchain para distribuir el poder.
Experiencias más inteligentes: con inteligencia artificial, la web aprende y se adapta más a cada persona.
En resumen: menos control central, más privacidad, más personalización.
¿Por qué es importante entender estas diferencias?
Porque internet no es algo “natural”. Es una herramienta construida por personas, con valores, intereses y modelos de negocio detrás. Entender su evolución nos ayuda a:
Tomar decisiones más conscientes sobre cómo la usamos.
Educar a otras personas (niños, jóvenes, adultos mayores) para que la usen mejor.
No quedarnos solo con lo que “nos aparece”, sino buscar, crear y compartir de forma responsable.